Hoy tocaba reunión con el equipo educativo del cole de Teresa. Y me "han dado bien de cera". A la pregunta, ¿Como ves a Teresa?, comienzo a explicar atropelladamente y entre lágrimas como me siento y es desbordada. Noto como estamos retrocediendo, como nuestra chica con síndrome de down se ha hecho dueña y señora de la familia y nosotros somos marionetas que mueve a su antojo. Es inteligente, maravillosa, manipuladora, cariñosa, dominante y muy consciente de que nos tiene bien amarrados. Y eso ya ha dejado de gustarme. Ha dejado de tener gracia. Comportamientos que deberían de ser excepcionales se han ido convirtiendo en habituales, como dormir en nuestra cama, tener la tablet a todo volumen, cenar donde el ordenador en vez de hacerlo con nosotros, ver solo los programas de televisión que le gustan, decir no por norma, no querer acostarse a la hora y como consecuencia de ello, por la mañana vestirla porque sino no llegamos a la ruta, tener que terminar en muchos