Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de octubre, 2017

Y AHORA , ¿COMO LA DEJAMOS CRECER?

Nuestra chica con síndrome de down ha cumplido 10 años. Una cifra que parecía inalcanzable alla por el 15 de octubre de 2007.  Queda lejos aquella cosita pequeña, desmadejada, hasta arriba de mocos, parecida a un trapo, sin sujetar su cabeza y lo que era peor, que daba la impresión de que no fuera a sujetarla nunca. Tan blandita, tan caliente, tan tierna, tan indefensa. Pues... al final sujeta la cabeza, camina sin problemas, corre como un gamo, hace vida normal junto con sus hermanas, amigas y compañeras de colegio. Pasa el tiempo y aumentan las preocupaciones, porque ya no tenemos un bebe dependiente, nos enfrentamos a una niña que se esta haciendo mayor y que plantea exigencias, como salir sola, elegir su ropa, peinado, ocio. En una palabra, quiere ser dueña de su día a día. Y seamos realistas, aunque parezca lo mismo no lo es. Aunque queramos igualdad, no es posible.  Teresa ya baja sola a la calle (es un espacio cerrado) con sus amigos. Todos la conocen y ella cono

GRACIAS TERESA POR TUS PRIMEROS 10 AÑOS

Me encantaría poder volver a ver a la mama que me acompañaba en la habitación del Hospital de Getafe (Madrid), el día que Teresa llego a nuestras vidas. Como nuestra perfecta recién nacida permanecía en neonatos y yo desconocía su cromosoma de mas,  pase la mañana de su nacimiento disfrutando de la maternidad, sin ningún nubarrón en el horizonte.  Cuando por fin, fuimos  a ver a nuestra peque y hablar con el médico todo era alegría. La mama que regreso una hora mas tarde lo hacia desencajada, en un mar de lágrimas. Me acababan de decir que mi hijita tenía síndrome de down. Y en la habitación continuaba mi compañera, que se iba unos minutos después de alta, tan orgullosa con su bebe. Me consoló y me abrazo con dos besos deseando lo mejor para mi y mi niña. Ahora, 10 años después, me gustaría decirle que todo ha ido muy bien. Que  ese día, aunque no lo podía ni siquiera imaginar, me había tocado la lotería. Que nunca, aunque lo hubiera deseado con todas mis fuerzas, habría