Hoy 15 de octubre de 2025, Teresa cumple 18 años.
Dieciocho. Se dice rápido.Y así es como han pasado. A un ritmo vertiginoso.
Han sido dieciocho años de descubrimientos, esos que te hacen estallar el corazón. Que desarman. De sustos que te paralizan el mismo corazón lleno de amor. De abrazos que lo curan todo. Dieciocho años aprendiendo a mirar el mundo de otra manera, más despacio, más paciente, , más de verdad. A conocer gente maravillosa que no hubiera sido posible si no hubieras llegado a nuestro mundo.
Y hoy, ese tiempo se convierte en un punto de inflexión. Porque sí: Teresa ya es mayor de edad.
Eso significa que hoy abre su primera cuenta bancaria, que podrá votar, que podrá entrar a una discoteca acompañada de sus amigos y amigas de ocio, que empezará a tomar sus propias decisiones.
Parece simple, pero es enorme. Es su derecho. Y también su conquista.
Teresa tiene una voz fuerte que en muchas ocasiones no es fácil de entender, pero que a la vez sabe hacerse comprender. Con personalidad y con carácter.
Con ideas, gustos, manías, sueños y rabietas, como cualquier joven de 18 años y sobre todo, con derecho a ser escuchada.
Derecho a que nadie hable por ella, a que no se la traduzca o ignore, a que se la mire de frente y se la pregunte: “¿Tú qué opinas, Teresa?”.
Porque nuestra chica con síndrome de down TIENE DERECHO A DECIDIR.
No vale eso de tenerla al lado y hablar por ella, como si su palabra no pesara o no tuviera valor.
También tiene derecho a equivocarse. A caerse y volver a levantarse. Estaremos su familia al lado, a veces con el corazón en un puño, observando pero no interviniendo.
Tiene derecho a aprender por sí misma, sin que nadie le quite la oportunidad de probar.
Hoy no solo celebramos un cumpleaños. Celebramos un paso hacia adelante, hacia la autonomía, hacia la confianza. Hacía la independencia que tanto deseamos en todos los ámbitos posibles.
Si algo nos ha enseñado Teresa en estos 18 años, es que las limitaciones no definen a nadie. Que lo que define es la actitud, la ternura, la perseverancia… y esas ganas suyas de vivir exactamente igual que sus hermanas. Tiene tantos proyectos que desgarran el corazón.
Soy consciente, que alguno de ellos, no va a ser posible cumplirlos, pero también sé, que no soy yo la que le voy a quitar la ilusión por intentarlo.
Así que sí, hoy damos gracias.
Gracias por tenerla, por haberla visto crecer sin grandes dificultades, por seguir aprendiendo de ella cada día.
Gracias por recordarnos que lo importante no es hacerlo todo perfecto, sino hacerlo con amor, con verdad y con fé.
Feliz cumpleaños tesoro mío.
Eres un regalo perfecto.
El mundo es tuyo.
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