Hace tiempo que no me pasaba por aquí. Supongo que a veces la vida se llena de momentos intensos, de esos que te envuelven y no te dejan tiempo ni para escribir. Pero no por eso dejamos de vivirlos. Al contrario. En este tiempo, la vida con Teresa nos ha seguido regalando experiencias, personas, aprendizajes... y muchas ganas de compartir.
La verdad es que, si algo me emociona últimamente, es ver cómo Teresa —con su forma tan auténtica de estar en el mundo— nos está llevando a conocer a gente increíble. Personas con una sensibilidad especial, con compromiso, con ganas de construir algo mejor. Y es que gracias a ella hemos podido formar parte de proyectos preciosos impulsados por Plena Inclusión y Down Toledo. Cada uno de esos espacios nos ha abierto una ventana a la inclusión real, la que se vive, se siente y se defiende.
Además, Teresa está a punto de cumplir los 18. Aún lo escribo y me cuesta creérmelo. Recuerdo como si fuera ayer los primeros pasos, las primeras veces, los miedos… y ahora, de repente, estamos aquí, mirando hacia su mayoría de edad con una mezcla de vértigo y emoción. Porque sabemos que se abre una nueva etapa. Un abanico de posibilidades que hasta hace no tanto parecía muy lejano. Y no, no todo va a cambiar de golpe —seguirá en el cole todavía un tiempo—, pero empezamos a mirar más allá. A ese “después” que ya no da tanto miedo.
Nuestro objetivo, como familia, se va afinando: queremos que Teresa encuentre su sitio también en el mundo laboral. Un lugar donde se sienta útil, respetada, parte. Sabemos que será un camino con curvas, con días mejores y peores, pero también sabemos que no caminamos solas. Que hay redes, apoyos, personas que creen —como nosotras— que otra forma de vivir la diversidad es posible. Que no solo es posible: es necesaria.
Y en medio de todo esto, Teresa sigue siendo Teresa. Con su risa contagiosa, su forma de entender el mundo, su capacidad para conectar sin filtros. Es ella quien nos enseña cada día a mirar con otros ojos. A parar. A escuchar de verdad. A valorar lo que tantas veces damos por hecho.
Así que sí, volvemos al blog. Porque escribir también es una forma de agradecer. Y de no olvidar todo lo que estamos viviendo. Gracias a quienes estáis, a quienes habéis aparecido en el camino, y a quienes, sin saberlo, estáis ayudando a que el futuro de Teresa —y de tantas otras personas— se escriba con más igualdad, más ternura, y más oportunidades reales.
Seguimos. Porque queda mucho por hacer. Pero lo más bonito es saber que ya hemos empezado.
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por tu colaboración. Este diario se hace entre todos.Por favor se respetuoso en tus comentarios.