Me las prometía muy felices con el nuevo colegio de Teresa. Pensaba que todo iba a ser muy fácil. Eso me parecía a mí.
¿Creía que no se iba a dar cuenta nuestra chica con síndrome de down que no iba a su anterior colegio?. ¿Que no se iba a dar cuenta que no estaban sus amigos Mauro o Julia?. ¿que no notaría que los profesores le eran desconocidos?¿Que no iba a percibir que los pasillos y el comedor eran diferentes?. ¿Pensaba que Teresa es tonta?.
Los primeros días, la protagonista de este diario no se quejaba, pero tampoco hacía nada por ir al nuevo cole. No preguntaba continuamente, como si hacía antes, que si mañana había clase y ahora no se ponía triste si la decíamos que era festivo. Algo pasaba.
Y lo que pasaba era lo que tenía que ocurrir. Lo que me habían avisado los nuevos profesores que sucedería. Teresa iba a necesitar su proceso de adaptación ... al nuevo entorno, a los nuevos amigos, a los nuevos pasillos y por supuesto a los nuevos maestros, Ates, etc
Septiembre ha pasado más lento que de costumbre y afortunadamente vamos navegando por aguas mas calmas. Tiene amigas con las que baila, pasea o canta en el recreo, parece que el momento crítico de desarraigo ha quedado atrás.
Ha aceptado que este es su colegio y ha dicho en voz alta, lo que por dentro la reconcomía:, que echa de menos el anterior centro, pero que poquito a poquito le gusta más el nuevo. Que pena.
El lado positivo ha sido en conciliación familiar, puesto que son ahora las hermanas quien la recogen de la ruta y en amistades, ya que los fines de semana queda con su grupo de salida y sus amigos del cole.
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