Cuanto tiempo sin escribir de Teresa¡¡. Cuanto tiempo sin estar aqui¡¡. Cuanto tengo que contar. Teresa ha crecido, ha cambiado y yo debo de comenzar a cambiar con ella.
Ahora todo lo llena la palabra coronavirus,y confinamiento. Cuando suspendieron el colegio en casa hubo dos posturas diferenciadas. Las hermanas dando saltos de alegría y Teresa diciendo que no, que ella iba a su colegio. Y yo que no quería ver lo que se avecinaba.
A nuestra chica con síndrome de down no le está sentando bien tanto tiempo en dique seco. Al principio mucho bizcocho, mucha cocina, muchas actividades que según pasan los días van perdiendo interés. Se mantiene con fuerza el parchís online con sus primos y hermanas. La tecnología tiene tantas cosas buenas. Y ella se maneja con absoluta soltura entre tablets, Alexa y móviles.
Pilar, su profesora envía habitualmente por email diversos ejercicios para realizar. Se hacen pero con relativo entusiasmo. Hace unos días tuvimos una reunión tutorial en grupo. La que tocaba en esta época. Fue online, os lo he dicho que ¿la tecnología es fabulosa?.
Todos teníamos la misma preocupación. ¿Como recuperar este tiempo?, ¿como, todo lo ganado en lectoescritura no perderlo?. Porque esas tareas están bien, pero falta el ambiente escolar,. La mesa del salon no es el colegio.Ni los estimulos, ni los compañeros, ni el sol o el recreo. Cuando están de vacaciones se sale a la calle, se corre, se salta se va a sitios. Se disfruta. Y lo que es peor, sin perspectiva de volver al cole aunque sea unos días y terminarlo formalmente.
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