Algunas mañanas cuando salgo del trabajo a las 8 horas, coincido en el metro con una preciosa joven que brilla hasta deslumbrar. Cabello rubio recogido en una cola de caballo, bolso en bandolera, perfectamente vestida y conjuntada. Brillo en los labios y una sonrisa permanente en su rostro.
Tararea feliz la música que "sale" de sus encantadores cascos rosas, a un volumen considerable. A la vez envía whatssap con su móvil. Una chica de su tiempo que ríe a carcajadas.
Hasta hoy no sabía donde comenzaba su recorrido, aunque si donde se apeaba. Y resulta que se sube en la misma estación que yo. Ella se dirige a sus obligaciones y yo estoy volviendo de ellas.
¡¡ Que soplo de aire fresco a esas horas de la mañana!! cuando vamos serios, adormilados, pensativos ante el día que se presenta. Que suerte compartir el espacio reducido de un vagón de metro con una jovencita feliz, fresca, disfrutando de su música, cantando en voz bajita. En una palabra, saboreando cada instante.
Algunos la miran de reojo, no estamos acostumbrados a observar la felicidad en estado puro, sin complicaciones. A la gente sin dobleces.
Estoy casi segura que su vida con las limitaciones que pueda tener, que me parece que no son muchas, es mas placentera que la de la mayoría de los que vamos a su lado.
Esta chica tiene Síndrome de Down. ¿ Tendrá algo que ver ese cromosoma de mas en el estado de ánimo que demuestra sin pudor alguno?.
Nosotros coincidimos todas las mañanas con un joven con sindrome de down. Da gusto verlo tan pulcro, tan cuidadoso con sus cosas, tan seguro de si mismo.
ResponderEliminarLo recoge el autobus de una lavanderia y da gusto verlo. Es un canto al optimismo
Seguro que sí ;)
ResponderEliminarQué bonito es ser feliz sin dobleces ni pudor!!!
Me encanta la gente que reparte sonrisas sin darse cuenta :) Tu blog es precioso. Muchísimas gracias por compartirlo con todas nosotras.
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