Debe ser algo maravilloso ser padres, porque con todos los inconvenientes que tiene seguimos queriendo serlo, y además hasta repetimos. Por algo sera.
Cuantas veces se dice que el amor perjudica seriamente la salud, y ¿a quien no se le ha roto el corazón por un amor no correspondido alguna vez?, y aun así seguimos enamorándonos, y si no, estamos deseando que llegue cuanto antes esa ilusión.
Y hasta nos seguimos casando y comprometiendo, a pesar de las estadísticas en contra, de ese refrán que dice..."el amor es ciego, pero el matrimonio te devuelve la vista", o de escuchar que todo el mundo se separa o divorcia. Pero aun así, se sigue intentando, y si sale mal, pues nos replegamos, recogemos nuestra dignidad maltrecha y la experiencia acumulada para hacerlo mejor la próxima vez. Y entonces nos decimos ¡nunca mas!, para volver a intentarlo mas tarde. Porque no hay nada peor que la soledad.
También decimos muchisimas veces que triste y fea es la vejez, y aun si todos queremos llegar a viejos.
Los hijos te complican la vida, y mucho además, y un hijo con una discapacidad mas aun, y el trabajo y el llevar una casa adelante, a la larga hacen que tengamos que acumular pequeñas renuncias personales.
Te la complican, y te la ponen patas arriba, y nosotros cambiamos con ellos y evolucionamos con sus problemas según van creciendo, porque no hay nada que enriquezca mas la vida de las personas que los hijos. Y si ves que ese hijo tiene alguna dificultad añadida, y se esfuerza por superarla, tu luchas junto a el y eso hace que los pequeños logros se conviertan en grandes triunfos para todos. Esos momentos hacen que todo, todo, merezca la pena.
Un hijo lo es hasta que te mueres. Da igual que sea un bebe, un adolescente, o una persona hecha y derecha, siempre sera el origen de nuestros desvelos y preocupaciones. Nunca dejaremos de ser padres. Por tanto la responsabilidad es enorme y da mucho respeto ¿verdad?.
Pero es tan maravilloso verlos crecer, y ver como se van haciendo hombres y mujeres de provecho, observando todo lo que pasa a su alrededor, mirándonos en sus primeros años con una total adoración; mas tarde los duros años de la adolescencia, en la que padres e hijos nos encontramos igualmente perdidos. Los papas no dejamos de preguntarnos ¿donde se ha ido mi adorable hijito/a?, y los hijos luchan a brazo partido, contra todos y todo por buscar su lugar en este mundo. Afortunadamente esos años pasan y te vuelves a reencontrar otra vez, incluso con mas intensidad que antes con tu hijo. Nunca se deja de ser padre ni madre.
Cuando veo las hijas que tengo tan distintas la una de la otra, me sorprende que todo esto sea obra de su padre y mía. De que un amor tan grande sea capaz de dar vida a personitas tan diferentes. La verdad es que la maternidad es un autentico milagro.
Si a todo esto, le añades que tu hijo (ni angelito, ni regalo especial, tu hijo), tiene dificultades especiales y que tendrá que luchar mas para intentar conseguir lo mismo que los demás, y además mucha gente, no solo no valorara su esfuerzo, sino que lo considerara estéril y costoso para esta sociedad. Entonces es cuando el significado de la palabra padres toma su verdadero sentido.
Y hacemos nuestro el espíritu olímpico de superación: MAS ALTO , MAS RÁPIDO, MAS FUERTE.
¡¡¡BRAVO!!!
ResponderEliminarEsto es la única razón que haría falta para justificar porqué a las familias que deciden tener hijos, que deciden sacar adelante varios hijos y alguno/s de ellos con problemas, habría que ayudarlas con todo tipo de mecanismos. Ayudas monetarias, ayudas a servicios especiales, ayudas en guarderias, en colegios, en especialistas que puedan aportar algún beneficio, todo sería poco para el conjunto de familias que aportan lo mñas importante para un país y para una economía, el capital humano. ¡¡Qué bien iría todo si en vez de subvencionar tanto vago se ayudara a quien realmente le va a sacar provecho!!
ResponderEliminarPues yo admiro a gente como tú... a veces con uno no me llega la fuerza. Las satisfacciones se multiplican en proporción a los problemas, así que estoy segura de que merecerá la pena.
ResponderEliminarVosotros sí que tenéis un espíritu olimpico.
Esther.
Tienes toda la razon
ResponderEliminarHola Teresa me llamo Andrea y tengo un hijo de 15 meses que se llama Agustin, encontre la direccion de tu blog en down21, entre a mirar y ME ENCANTO TU BLOG.
ResponderEliminarTenes mucha razon en todo lo que escribis y pensas.
Espero no te ofendas pero agregur la direccion de tu blog al blog de Agus y asi poder ver cada actualizacion del tuyo.
Besos y espero leerte muy seguido...
Esta familia tiene a la cabeza una auténtica locomotora, ¡adelante!
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